A menudo, la salud bucal es una cuestión de enfoque. Muchos nos obsesionamos con tener dientes blancos, una alineación perfecta o un aliento fresco, pero olvidamos a un actor silencioso y crucial en todo esto: las encías sanas. ¿Sabías que las enfermedades de encías, también conocidas como enfermedades periodontales, afectan a casi la mitad de los adultos mayores de 30 años en Estados Unidos? Y en España, los números no mejoran mucho, con más del 50% de la población adulta con gingivitis y hasta un 40% con periodontitis.
Esto no es un simple problema estético; estamos hablando de una afección que puede traer serias consecuencias para tu salud en general. A lo largo de mi carrera como dentista, he visto que la prevención lo es todo. Sin embargo, también he visto a innumerables pacientes que llegan a la consulta cuando el problema ya es grave. Recuerdo el caso de un paciente, llamémoslo Antonio, que tenía una movilidad dental tan avanzada que sus dientes se movían de forma alarmante con una simple presión. Años de gingivitis sin tratar habían evolucionado a una periodontitis crónica que, literalmente, había deshecho el hueso que sostenía sus dientes. Su historia no es una excepción, sino el resultado de ignorar por completo la importancia de unas encías sanas.

¿Qué es la periodoncia y por qué te debe importar?
La periodoncia es la rama de la odontología que se dedica a diagnosticar, prevenir y tratar las enfermedades que afectan los tejidos que sostienen tus dientes: la encía, el ligamento periodontal, el cemento radicular y el hueso alveolar. En resumen, es la ciencia que cuida los cimientos de tu sonrisa.
Las enfermedades periodontales, principalmente la gingivitis y la periodontitis, son causadas por la acumulación de placa bacteriana, esa película pegajosa e incolora que se forma sin parar en tus dientes. Si no la eliminas, se endurece y se convierte en sarro, algo que solo un profesional puede retirar.
Gingivitis: La señal de alerta roja
La gingivitis es la fase más leve y, por suerte, reversible de la enfermedad periodontal. La encía se inflama, se pone roja, se hincha y sangra con facilidad, sobre todo al cepillarte. La buena noticia es que con una buena higiene y una limpieza profesional, la gingivitis desaparece sin dejar rastro.
Periodontitis: Cuando el enemigo ataca en lo profundo
Si ignoras la gingivitis, esta puede convertirse en periodontitis. En esta etapa, la infección se extiende por debajo de la encía y daña el hueso y los tejidos que sujetan tus dientes. Se forman «bolsas» periodontales (espacios entre el diente y la encía) que se llenan de placa y sarro, haciendo que los dientes puedan empezar a moverse o incluso caerse. Esta fase no solo es más complicada de tratar, sino que en muchos casos sus efectos son permanentes.
El gran engaño: ¿Por qué no duele?
Muchos pacientes me preguntan por qué la enfermedad, siendo tan seria, no duele. Es una pregunta excelente. La realidad es que, en la mayoría de los casos, la periodontitis es una enfermedad silenciosa. La inflamación crónica no suele causar dolor hasta que está muy avanzada. A diferencia de una endodoncia, donde el dolor es el síntoma principal, aquí la falta de dolor es, paradójicamente, el mayor enemigo, porque retrasa la búsqueda de ayuda profesional hasta que es demasiado tarde.
Tu papel activo: El plan de batalla para unas encías sanas
La prevención no es algo que haces de forma pasiva; es un compromiso diario. Mantener unas encías sanas es una combinación de buenos hábitos en casa y visitas regulares al dentista.
1. Higiene bucal impecable: Tus tres armas secretas
- Cepillado minucioso: Cepíllate los dientes al menos dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves y la técnica adecuada. No te olvides de la línea de la encía.
- Hilo dental: El hilo dental es tu mejor aliado contra la placa que se esconde entre los dientes, donde el cepillo no llega. Úsalo al menos una vez al día.
- Enjuague bucal: Complementa tu rutina con un enjuague bucal antiséptico para reducir las bacterias.
2. Visitas al dentista: Tus aliados profesionales
Las visitas regulares al dentista no son un lujo, son una necesidad. Es fundamental que te hagas una revisión y una limpieza profesional cada seis meses para eliminar el sarro acumulado y detectar cualquier señal de enfermedad a tiempo.
3. Factores de riesgo: Conoce a tu enemigo
Algunas personas son más propensas a desarrollar enfermedades periodontales. Fumar, la diabetes, los cambios hormonales (en el embarazo o la menopausia) y la genética pueden aumentar el riesgo. Si te identificas con alguno de estos, la prevención debe ser tu máxima prioridad.
La conexión inesperada: Encías y salud general
La salud bucal no existe en una burbuja. Las investigaciones han demostrado una conexión de ida y vuelta entre la periodontitis y enfermedades sistémicas como la diabetes y las enfermedades del corazón. La inflamación crónica de las encías puede liberar bacterias y toxinas al torrente sanguíneo, afectando a otros órganos y sistemas del cuerpo.
En mi experiencia, y con toda la evidencia que la respalda, ignorar la salud de las encías es como ignorar los cimientos de una casa: tarde o temprano, todo se viene abajo. Es un error pensar en la boca como una parte separada del resto del cuerpo. Somos un todo, y una boca sana es tanto un reflejo como un motor de la salud general. Así que, cuando cuidas tus dientes, en realidad estás invirtiendo en tu bienestar a largo plazo.
El siguiente paso: ¡Actúa ahora!
Si has llegado hasta aquí, es porque te importa tu salud. El primer paso para unas encías sanas es la información y la conciencia. El segundo, y el más importante, es la acción. No esperes a que el problema sea irreversible. Si notas cualquier síntoma (sangrado, hinchazón, mal aliento persistente), no lo ignores. Agenda una cita con un especialista en periodoncia en Sevilla. El tiempo es clave.
En nuestra Clínica Dental en Sevilla, nuestro equipo de profesionales está listo para ayudarte a mantener una sonrisa sana y duradera.